Una constelación de afrojuventudes

De Revista Étnica, Escrito por Alejandra Rosa

Un universo de 50 jóvenes se reunió, desde enero hasta septiembre, en un ciclo de talleres transdisciplinarios diseñados en pos de la sanación ancestral, reparación del racismo y formación antirracista de cada participante.

Para muches  jóvenes, formar parte de esta red significó adentrarse en un proceso íntimo quasi colectivo, acompañado por una red de mentores, presentes para cuidar, apoyar y fomentar una búsqueda interna de reconexión ancestral. 

Uno de estos talleres llevó por título Imágenes ancestrales. Fue facilitado por María Reinat, Kimberly Figueroa y Gloriann Sacha Antonetty, organizadoras del Colectivo Ilé. 

En este espacio, les participantes se familiarizaron con figuras de negritud ignoradas  y/o narradas de forma precaria, en los libros de texto de historia que utiliza el Departamento de Educación de Puerto Rico.

Las talleristas enfatizaron la trascendencia de Maatkara Hatshepsut, Reina Tyi, Nefertari, Makeda de Saba, Tausert, Shanakdakhete, Cleopatra VII, Candace de Meroe, Kahina de Mauritania y Amina de Zaria (Hausa), mujeres negras que no son nombradas ni estudiadas a profundidad en el sistema escolar de Puerto Rico.

“Si cuando era niña me hubieran mostrado estas imágenes hubiera crecido con más seguridad”, compartió Lumarhi Junice Rivera al final del taller. Otra conversación facilitada fue la estatua como signo público de información, le grupe pensó: ¿dónde están las estatuas de nuestras ancestras en Puerto Rico?, y ¿cómo se les representa?

Sacha Antonetty, fundadora de Revista Étnica, explicó: “No existe una estatua para recordarnos y hacernos visible la historia de Adolfina, pero en la comunidad de Tocones se sembró una ceiba para recordar su vida”.  Porque pasa que, la naturaleza, si nos le acercamos o le permitimos adentrársenos, se vuelve ese espacio en donde podemos rescatar y sembrar,  el poderío que siempre fue nuestre.

“Intimida zumbarse al pasado cuando tantas piezas del rompecabezas no están. Aprendo a verme desde otras realidades, abrazo las reconciliaciones ancestrales”, reflexionó Coco, poeta y participante de AfroJuventudes, que afirmó - y afirmamos-: “tengo el poder de contar mi verdad”.

“Conocer nuestra historia nos empodera porque es en ese encuentro con nosotres mismes que podemos por fin reconocer la mentira. La mentira tan grande cargada de prejuicios, de sentido de inferioridad, de invisibilización. Hemos estado aquí, hemos resistido, hemos construido las vidas que imaginamos. Estamos puestes para el encuentro, el reencuentro con nuestras antepasadas. Con los reyes y las reinas que nos precedieron, que nos brindan desde hace siglos tanta fortaleza y nos recuerdan que somos poderoses”, finalizó Dana Esquilín, activista, participante.

Los encuentros fueron organizados por Colectivo Ilé, Revista Étnica y el María Fund. Transcurrieron al comienzo de modo virtual, y, a veces, con medidas de cuidado por la pandemia de COVID-19, entre miradas presenciales, se consteló la geometría de un universo, que aún sostiene.

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